Estuvimos de nuevo con Mónica.
Fue, como cada vez que asistimos a una de sus terapias, una inyección de optimismo y fuerza para seguir adelante, ilusionarnos es inevitable con ella.
Hipoterapia, Fundación Federica Cerdá
Mónica tiene muchas ganas de trabajar, ponerse en manos de Teresa significa eso, mover todos aquellos músculos que necesitan un empujón y cansarse, cansarse mucho. Pero todo tiene su premio al final, ella está consiguiendo que objetivos que parecían inalcanzables, estén ahora mucho más cerca.
Abrazar a Meri era uno de ellos, un gesto aparentemente sencillo que hasta ahora no había sido posible llevar a cabo.
Este abrazo ha sido una fiesta en la fundación.
Sigue adelante, Mónica.