¿Qué ocurre cuando te desplazas a un lugar como nuestra hípica? ¿Y cuando te colocas frente a un caballo?
Una serie de estímulos comienzan a ponerse en funcionamiento, casi todos ligados a los sentidos, en el mismo momento del encuentro.
¿Y si eres una persona que sufres alguna discapacidad? ¿Qué ocurre entonces?
La maquinaria se pone a funcionar y sin necesidad de esfuerzo se activa LA PERCEPCIÓN :
Vista
Ves a un animal noble que te mira tranquilo, casi inmóvil. Es grande, respetuoso, bonito, percibes su tamaño, su color y su forma.
Olfato
El entorno ya huele de forma agradable, el caballo también desprende su olor, a animal, a hierba y a cuero… por el olfato reconocerás siempre al caballo y el caballo a ti.
Tacto
A través del tacto notarás su calor corporal, si es blando o duro, si es suave o áspero, acariciándolo comenzaréis el diálogo.
Oído
El entorno le proporciona un sinfín de sonidos que interpretar. Los pájaros, el aire en las hojas de los árboles, el relinchar de los caballos, su respiración, el suave tintineo de las herraduras al desplazarse…
Emoción, alegría, impaciencia, bienestar, …
Todo forma parte de la terapia, el caballo y su hábitat, en armonía, para trabajar cuerpo y mente sin esfuerzo, mejorando considerablemente los niveles físicos y psíquicos y contribuyendo así al desarrollo integral de la persona.